Conceptos clave en torno a la Asexualidad

Esta es una continuación a mi página ¿Qué es la Asexualidad?. Si esta es la primera vez que lees sobre este tema, te recomiendo revisar primero esa introducción.

Lo que sigue es mi conceptualización personal, basada en buena parte en las ideas y discusiones que circulan en inglés, así que puede que muchos conceptos y definiciones no se ajusten a los que aparecen en la Asexualpedia.

El espectro asexual

La asexualidad existe en un espectro de experiencias entorno a la atracción, libido, excitación, relaciones, etc. Hablar de espectro asexual significa reconocer esos matices, y en los últimos años se ha transformado en un término paraguas para hablar de la asexualidad en todas sus formas, dejando asexual solo para hablar de quienes no han sentido atracción sexual nunca (o tan pocas veces que no las consideran importantes) y se identifican con ese término.

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Triángulo de AVEN, que representa cómo la Escala de Kinsey intersecta con el espectro asexual o «grupo x»

Dentro de este espectro, además de la asexualidad, se puede encontrar la gris-asexualidad (o grisexualidad), nombrada así por ser el «área gris» que reúne a quienes vinculan su experiencia a la asexualidad pero que no se sienten completamente identificades con su definición, sea porque sienten atracción sexual pero de forma muy esporádica, en muy baja intensidad, o en circunstancias muy específicas, porque no están segures de cómo clasificar su atracción o porque consideran que su experiencia es demasiado ambigua para encajar dentro de una definición estricta. Puede ser una identidad u orientación en sí misma, o reunir otras identidades dentro de sí.

Una de las formas más comunes de gris-asexualidad —a veces considerada una identidad independiente de la asexualidad— es la demisexualidad, orientación que agrupa a quienes solo pueden sentir atracción sexual por quienes ya tengan un vínculo emocional, no necesariamente de tipo romántico. Este vínculo, sin embargo, es solo un pre-requisito, no una promesa: puede que una persona demisexual lleve años saliendo con alguien, que esté profundamente enamorada, y sin embargo no desarrolle esa atracción; mientras que otra persona puede que desarrolle esa atracción por alguien que acaba de conocer en un bar, luego de unas horas de conversación íntima.

Estas son las identidades más utilizadas dentro de la comunidad asexual, pero existen muchas otras.

En el otro extremo está la alosexualidad, término con el que la comunidad asexual se refiere a aquellas identidades no-asexuales, como la heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, etc. Originalmente llamados sexuales, por simple asociación lingüística, desde el 2012 se comenzó a usar alosexuales como forma de desnaturalizar la universalidad de estas experiencias (de forma similar al concepto de cisgénero en contraposición a transgénero) sin por ello sobresexualizarles, una crítica común al término anterior.

Por supuesto, hay quienes prefieren no utilizar estas identidades aunque definan su experiencia, ya sea porque consideran que es un reduccionismo excesivo (Sciatrix y Siggy han escrito sobre ello, en inglés); que la asexualidad como concepto en sí mismo es un término paraguas; porque prefieren utilizar ciertas identidades dependiendo de la situación; porque están en contra de las etiquetas y las políticas de identidad; etc., etc.

Y eso mismo aplica para todos los modelos y conceptos a continuación.

Atracción, atracciones

En las largas discusiones para entender qué es exactamente la atracción sexual (algo complicado si nunca o casi nunca la has sentido), la comunidad asexual terminó creando un modelo conceptual que reconoce múltiples fomas de sentir atracción hacia otras personas. Los tipos más comunes dentro de este modelo son:

  • Atracción sexual: el deseo de tener contacto sexual con una persona determinada, lo que puede incluir sexo oral, manual, penetrativo, etc.
  • Atracción romántica: enamoramiento o deseo de tener una relación sentimental con una persona determinada.
  • Atracción estética: el deseo de admirar la apariencia física de una persona determinada, como si fuera una obra de arte.
  • Atracción sensual: el deseo de tener contacto no sexual con una persona determinada, como abrazos o caricias.

Otra forma de atracción, común entre las personas arrománticas (ver más abajo), es el arrobamiento —a veces traducido literalmente como atracción platónica—, el deseo de fomar una relación cercana, pero no romántica, con una persona determinada. Esta relación puede vincularse a una suerte de enamoramiento arromántico, un squish, y aunque similar a una amistad profunda, generalmente conlleva compromisos más relacionados con relaciones románticas, como una gran cercanía física y/o emocional, convivencia, deseo de exclusividad, etc.

Este modelo es la base de la distinción entre orientación sexual y orientación romántica, vinculada a la atracción romántica. Aunque para la mayoría de las personas estas orientaciones y atracciones están alineadas, gran parte de quienes forman parte del espectro asexual (y algunes alosexuales) necesitan de esta distinción para poder reconocer y hablar de sus experiencias. De todas formas, cada persona vive estas atracciones de forma distinta, y lo que para una persona puede ser una experiencia sensual (por ejemplo, un beso en la boca), para otra persona podría ser algo sexual.

Fisiología de la sexualidad

También, gracias a esas discusiones, se generó una distinción más categórica entre libido, excitación, atracción y deseo sexual:

  • Libido o impulso sexual: deseo de sentir placer sexual y de realizar alguna actividad sexual, a solas o en compañía; «excitación mental» vinculada muchas veces a fantasías o a cambios hormonales.
  • Excitación sexual: reacción fisiológica a través de la cual el cuerpo se «prepara» para tener relaciones sexuales (lo que implica un aumento del ritmo cardíaco, mayor sensibilidad, lubricación, erecciones, etc.), como consecuencia de un aumento de la libido, estimulación sensorial directa o indirecta, cambios de temperatura, etc.
  • Deseo sexual: decisión consciente de realizar una actividad sexual, a solas o en compañía; deseo de «querer hacer algo» con la libido y excitación que se está sintiendo, no necesariamente vinculado a una persona específica.
  • Atracción sexual: deseo espontáneo de tener relaciones sexuales de algún tipo con una o varias personas específicas; usualmente vinculado a una orientación o preferencia sexual.

La clave en este caso, que diferencia esta conceptualización de lo que usualmente se discute en educación sexual, es que se reconoce que todas estas expresiones de la sexualidad varían de persona en persona, pudiendo no existir una o varias de ellas sin que ello genere un perjuicio, y que no están necesariamente vinculadas las unas con las otras, razón por la que una persona asexual podría, por ejemplo, tener una libido alta, sentir excitación y desear tener relaciones sexuales, y aún así ser asexual.

Sensaciones y Opinión sobre el sexo

Otro par de las distinciones —aplicables a cualquier persona— se relaciona con lo que alguien pueda, personalmente, sentir sobre el sexo, el material erótico y la idea de tener tener relaciones con un otro, y con la opinión que tenga sobre el sexo en general y su importancia en la sociedad actual.

Entre las sensaciones o actitudes ante el sexo, se suelen distinguir tres:

  • Favorabilidad, si una persona disfruta del material erótico, desea tener relaciones sexuales y las encuentra placenteras.
  • Indiferencia, si una persona tiene una reacción más bien neutral tanto ante las representaciones de actividades sexuales, como a la idea de tener sexo (y basa, por tanto, su elección de tener o no sexo en razones que no son deseo o placer).
  • Aversión o repulsión, si una persona siente desde un desagrado a una fuerte respuesta emocional negativa ante fotos o representaciones de genitales, actos sexuales y ante la idea de tener relaciones sexuales con otra persona.

Estas son simplificaciones, por supuesto: una persona puede sentir indiferencia hacia el porno pero desear tener relaciones sexuales, o sentir repulsión por material erótico visual pero no por el escrito, o disfrutar de ciertos actos sexuales pero sentir un profundo desagrado por otros, etc.

Por otra parte, en la comunidad asexual hispanohablante se suelen reconocer cuatro opiniones generales o posicionamientos políticos sobre el sexo:

  • Sexo-positiva, si considera que el sexo es generalmente una experiencia positiva, y valora la libertad de participar (o no) en cualquier actividad sexual que se desee, siempre y cuando sea segura y todes les participantes den su consentimiento.
  • Sexo-neutral, si considera que el sexo no es inherentemente positivo o negativo, o si no tiene interés alguno en el tema.
  • Sexo-negativa, si considera que el sexo es generalmente una experiencia negativa (dada las actuales normas culturales que lo condicionan), o que socialmente se le da una importancia excesiva.
  • Antisexual, si ve con desdén a las personas sexualmente activas o a las alosexuales, por considerar que el sexo es indeseable, innecesario e incompatible con la intimidad real.

Hago la distinción de «comunidad hispanohablante», porque la angloparlante no suele considerar la antisexualidad dentro de este modelo.

Arromanticismo

A partir de las discusiones en torno a las distintos tipos de atracciones posibles, una vez que la comunidad reconoció que ser asexual no significa no sentir interés por las relaciones sentimentales, apareció un nuevo concepto: el arromanticismo, orientación romántica definida por la ausencia de atracción romántica hacia otras personas, independiente de su género.

El arromanticismo, como todo, existe en un espectro, muy parecido al espectro asexual. La existencia de esta orientación ha permitido cuestionar qué tan universal es realmente el amor romántico, de forma similar a como la asexualidad ha llevado a cuestionar la universalidad de la atracción sexual y la necesidad del sexo para mantener relaciones sentimentales saludables.

Aunque son dos conceptos separados —ya que no todas las personas arrománticas son asexuales ni todas las personas asexuales son arrománticas—, la comunidad arromántica aún no ha logrado separarse de la asexual y crear sus propias plataformas y espacios de discusión.

Otros conceptos relacionados

Estos conceptos no nacieron en la comunidad asexual, pero han sido integrados en muchas discusiones en torno a relaciones y normas sociales.

Sexualidad obligatoria: concepto creado por la transfeminista Lisa Millbank en 2012, definido como «el conjunto de actitudes, instituciones y prácticas sociales que mantienen y imponen la creencia de que todas las personas deberían tener o querer tener sexo frecuentemente (de una clase aprobada socialmente)».

Amatonormatividad: acuñado por la filósofa Elizabeth Brake en 2012, se define como «el supuesto de que una relación amorosa central y exclusiva es normal para los seres humanos, siendo una meta compartida universalmente, y que tal relación es normativa, en el sentido de que debe ser deseada por sobre otros tipos de relaciones».

Última actualización: 1 mayo 2017